Historias en altamar
16/02/2024 | 11:28 | Una de las historias más emocionantes a bordo del navío es la que compartió Andrés Rodríguez, hijo de un ex suboficial de la marina que buscaba reencontrarse con la historia de su padre.
Colorete Gianola trajo muchas lindas historias para compartir desde altamar a bordo del Buque Escuela de la Armada Argentina. Una de ellas es la historia de un Andrés Rodríguez, hijo de Raúl Rodriguez, suboficial retirado de la marina especialista en el mar.
Raúl fue uno de los protagonistas de la gran hazaña argentina en el año 1966, donde la Frataga obtuvo La Gran Medalla al llegar en primer lugar en su categoría y establecer el récord Mundial de Velocidad en el Cruce del Atlántico Norte a Vela, cubriendo 2058 millas desde Cabo Race (Canadá) hasta la línea de Dublín/Liverpool, en tan solo 8 días y 12 horas. Este récord aún no ha sido batido al día de la fecha.
/Inicio Código Embebido/
Mirá también
/Fin Código Embebido/
Andrés creció viendo a su padre desempeñándose en la marina argentina y registrando en su cabeza las fotos que llegaban desde altamar y te lo cuenta en primera persona: “Soy Andrés Rodríguez, profesor de historia. Trabajo en el Museo Naval de la Nación hace muchos años, y ahora que estamos a bordo de la Fragata Libertad. No solo es la emoción de estar arriba de un barco tan importante, sino que para mi también es importante porque mi papá se retiró como suboficial principal de la marina en el año 1966, que se produjo el cuarto viaje de instrucción de la Fragata. Es el viaje histórico porque baten el récord mundial de navegación a vela, cumpliendo un periodo de ocho días, doce horas, cinco minutos. Un record que no fue alcanzado hasta la actualidad”.
“Yo crecí viendo fotos de mi padre, y en este viaje que es tan simbólico para mí, pude recrear la foto de mi padre en la proa del barco con un salvavidas rosca. Ayer pedí un salvavidas, nadie entendía por qué ni que pasaba y pude recrear esta foto que es tan importante", expresó Andrés con mucho orgullo.
Y valoró: “Viajar en este barco es muy importante porque hablando con el comandante él nos decía que obviamente es un barco de instrucción de formación la marina, pero es una escuela de líderes, y cada una de las personas que viaja acá se transforma para poder liderar y hacerse cargo de su vivencia, de su trabajo y desempeñarse de la manera más rendidora. Se sale con un carácter formado, se vive un espíritu de hermandad”.
Andrés contó que su padre vive en San Luis, en el Trapiche y fue marinero de la especialidad mar. "Él me enseñó a tocar el silbato marinero, a hacer nudos, también trabajó en el Museo Naval, así que le debo mucho. En definitiva es la Armada Argentina la que nos atraviesa, desde que nací hasta el día que me muera", agregó Andrés a su relato con mucha emoción.
Escucha el audio de la nota completa en Cadena 3:
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/