Denuncia pública
10/12/2024 | 09:14 | La actriz compartió un comunicado con el relato lo que vive día a día.
La reconocida actriz Celeste Cid hizo pública en sus redes una denuncia por acoso. En Instragram, reveló que un hombre le envía mensajes amenazantes, fotos y videos desde que tenía 15 años.
“Este es un botón antipánico”, mostró en sus redes.
En una serie de posteos, relató su calvario: “Cuando tenía 15 años empecé a recibir regalos en mi lugar de trabajo: cajas con fotos mías recortadas de revistas junto a decenas de preservativos usados, y muchas cartas".
"El tiempo pasó y las redes sociales volvieron a traer a esta persona, quien no sólo no paraba de escribirme a mí por cuanta vía encontrara, sino que además lo hacía con mi familia, mis amigxs, conocidos y compañerxs de trabajo”, contó.
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“Ante los bloqueos a los que tuvimos que recurrir -a las reiteradas cuentas que esta persona seguía abriendo- empezó a cambiar el volumen y cada vez fueron más fuertes el hostigamiento y las amenazas”, continuó.
En otra historia, contó cómo esta persona se le presentó en Uruguay, donde no tiene nada que lo frenara a acercarse a ella, a diferencia de en Argentina que hay una perimetral.
"Este es el segundo botón antipánico que tengo, debido a que esta persona se presentó en la Feria del Libro de Uruguay (donde estuve hace casi 2 meses), y al estar fuera de Argentina (en donde tiene una perimetral y no puede acercarse) tuvo la lucidez de si hacerlo allí, donde la perimetral no tiene alcance”, explicó.
“Por suerte la policía pudo reconocerlo y frenarlo antes de que llegue a la sala donde me encontraba presentando mi libro. Estamos a la espera de que un juez vea la gravedad del comportamiento que esta persona mantiene por más de 20 años. Hoy, ya me genera miedo. No puedo desoír sus amenazas”, expresó.
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Cid se cuestionó el trato de la Justicia ante los casos de acoso: “Ayer pensaba: ¿por qué termino yo con la sensación de ser la que está ‘encerrada’, con un botón antipánico y un policía en la puerta de mi casa cuidándome de las amenazas? ¿No debería ser al revés? ¿Yo caminando tranquila por la calle, yendo y viniendo, y él recibiendo el tratamiento adecuado?”.
“Me queda esta sensación, la de un sistema que con sus leyes y tiempos sigue poniendo a las mujeres en una zona de encierro, y a las personas que necesitan sostén en salud mental: en una zona de abandono”, reflexionó.