El reciente enfrentamiento entre los programas LAM y Bendita ha generado grandes expectativas en el ámbito televisivo argentino. Desde hace semanas, LAM, liderado por Ángel de Brito, había dominado el rating, principalmente por las repercusiones de la denuncia de Viviana Canosa contra Lizy Tagliani y otros célebres. Sin embargo, la situación ha cambiado.

El pasado jueves 24 de abril, durante el tiempo que ambos programas compitieron en pantalla, las cifras de rating indicaron un empate. Según los datos de Kantar Ibope Media, tanto LAM como Bendita alcanzaron un rating de 2.2, evidenciando una reactivación en la competencia.

Este cambio podría interpretarse como un indicio de la normalización del panorama mediático tras semanas de polémica y controversia. Beto Casella, conductor de Bendita, destacó el hecho diciendo: "La competencia es saludable y siempre esperamos lo mejor de nuestro público".

El equilibrio en el rating no solo impacta a los presentadores y sus equipos, sino también a la audiencia, que continúa siguiendo de cerca este enfrentamiento entre dos de los programas más destacados de la televisión argentina. En consecuencia, se vislumbra un escenario donde ambos ciclos tienen oportunidades para aumentar su audiencia, lo que podría enriquecer el contenido y la calidad de las transmisiones.