María Rosa Beltramo

El pasado fin de semana Netflix sumó a su catálogo "Un asunto familiar" de Richard LaGravenese , el realizador de "Paris, je t'aime" y "Posdata: te amo".Cinco días antes mostró un par de escenas de sus atractivos protagonistas: Nicole Kidman y Zac Efron. sobre el telón de fondo de un deslumbrante Hollywood. ¿Qué puede salir mal si además de Kidman, que sólo sabe de éxitos, están Kathy Bates y Joey King?.

Al menos en términos taquilleros, "Un asunto..." es lo más exitoso del momento porque llegó al primer lugar en la mayoría de los países de los distintos continentes donde está la plataforma de streaming.

Con semejante elenco todos esperaban con ansias que la película estuviera disponible. Y fue un boom pero sembró insatisfacción y permitió demostrar, una vez más, que un elenco lujoso y un director ya probado no garantizan que, juntos, le encuentren el tono a una comedia en la que la emoción la pone más el público que el elenco.

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La historia que nunca explota es más o menos así. Chris Cole (Zac Efron) es un actor famosísimo con todas las taras que, supuestamente, tienen las estrellas de Hollywood.El tipo ha tenido la inteligencia de emplear como secretaria/productora/consejera y chica de los mandados a Zara (Joey King) que tanto puede leer y corregir un guión como hacerle las compras en el supermercado.

Zara es la hija de una escritora viuda, Brooke Harwoods (Nicole Kidman), dueña de una casa espectacular en la que suele reunirse a tomar el té con la que fue su suegra, Leila Ford (Kathy Bates) que además es su editora y con la que tiene una relación fantástica, plagada de admiración y buena onda.

El nudo de la comedia que habrá que deshacer y tal vez la causa del mal funcionamiento de la película es que Chris pasa por la casa de Zara y conoce a Brooke, con la que empieza un romance.

Aunque van de cero a 100 con ánimo de conquistar a la audiencia y de enderezar el relato, la relación nunca es lo bastante secreta para generar algo de suspenso ni tan resistida por el entorno para provocar el interés de los testigos del romance.

Como Zara es sólo la mano derecha del personaje de Efron y no su enamorada como podrían haber sugerido para armar una batalla madre -hija , no convencen demasiado cuando la chica juega sus cartas para separar a la mamá del jefe.

El tema de la diferencia de edad entre los dos integrantes de la pareja no parece aportar elementos para la discusión, ni, por supuesto, para el humor. Cada uno de los personajes hace lo que puede con el guión pero, al cabo, no hay amor apasionado, ni los habituales pasos de comedia fruto de malos entendidos.

Es una película fallida desde lo artístico pero un exitazo descomunal que escaló al tope del podio desde Estados Unidos a Rusia y de la Argentina a Nueva Zelanda.Y después de todo, están las palmeras, el mar, la playa, las mansiones de películas y los autos de colección.